Así se ve una ciudad que no genera basura: ¿utopía o futuro cercano?

¿Te imaginas una ciudad sin basureros? Un territorio donde cada residuo tiene un propósito y nada termina en un relleno sanitario. Aunque parezca una utopía, ya existen lugares en el mundo que avanzan hacia ese modelo. Ciudades como Kamikatsu, en Japón, o Ljubljana, en Eslovenia, están demostrando que el camino hacia el cero residuos no solo es posible, sino necesario.

En Colombia, si bien aún enfrentamos grandes desafíos, iniciativas tanto del sector público como privado están sentando las bases para acercarnos a ese horizonte. En Ática, lo vemos como un futuro alcanzable, impulsado por infraestructura tecnológica, educación ambiental y políticas alineadas con la economía circular.

¿Qué es una ciudad cero residuos?

Una ciudad cero residuos es aquella en la que el 100% de los residuos generados son reutilizados, reciclados o valorizados, evitando al máximo la disposición final. Este modelo exige transformaciones estructurales en el modo de consumir, desechar y tratar los residuos.

Los pilares clave para lograrlo:

  • Separación obligatoria en la fuente, tanto en hogares como en industrias.
  • Prohibición o sustitución progresiva de plásticos de un solo uso.
  • Incentivos fiscales para empresas que reciclan, transforman o reusan residuos.
  • Educación ambiental continua y masiva, desde el nivel escolar hasta el empresarial.
  • Infraestructura para compostaje, plantas de valorización energética y aprovechamiento de materiales.

Este modelo está alineado con los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), especialmente el ODS 11 (Ciudades sostenibles) y el ODS 12 (Producción y consumo responsables).

¿Está Bogotá cerca de convertirse en una ciudad cero residuos?

A pesar de ser una de las ciudades con mayor generación de residuos en Colombia, Bogotá muestra avances que indican un cambio de paradigma:

  • La adopción del nuevo código de colores para la separación en la fuente es un paso clave hacia la estandarización.
  • Se han desarrollado proyectos de compostaje urbano y rural.
  • Hay una expansión progresiva de los programas posconsumo en alianza con gestores especializados como Ática.
  • El concepto de economía circular está siendo incluido en planes distritales y estrategias de sostenibilidad empresarial.

Sin embargo, el reto sigue siendo grande: más del 60% de los residuos en Bogotá aún terminan en el relleno sanitario Doña Juana, lo que representa un desperdicio de recursos valiosos y una presión constante sobre el ambiente.

¿Qué podemos hacer desde ahora?

El cambio hacia ciudades cero residuos no es inmediato, pero sí progresivo y posible si se articulan todos los actores:

  • Empresas: implementar planes de gestión integral de residuos, alianzas con gestores responsables y reportes ESG.
  • Gobiernos locales: fortalecer incentivos, reglamentar prácticas sostenibles y aumentar la inversión en infraestructura.
  • Ciudadanía: separar correctamente, consumir responsablemente y exigir productos reciclables y retornables.